Perder ropa no es una opción

Sentada en la silla de la peluquería, esperando mi turno, escuchaba como dos mujeres hablaban de la crisis del país: “en estos momentos hay que remendar hasta los brasiers”, le dice una a la otra. 




No sé si llegaremos al extremo de los brasiers –espero que no. No estoy de acuerdo con salir con ropa desgastada o sucia, pero si hay una prenda que tiene un defecto, se rompió y se puede arreglar ¿por qué no?

En esta ocasión llevo unos pantalones de la diseñadora venezolana: Mariana Camacho. Con la cual tengo que disculparme públicamente por alterar su diseño, pero perder ropa en esta época no es una opción.

Resulta que la primera vez que los usé, me caí estilo rana platanera, por supuesto me levanté rapidito esperando que nadie hubiese visto tal acto. Al caminar me di cuenta de que me había raspado la rodilla y como resultado el pantalón estaba roto. Ya pueden imaginarse aquella escena, entré en pánico porque ¡apenas los estaba estrenando!  Pero los llevé a donde una modista y ¡TARÁN! conseguimos una solución: dos parches de cuerina en cada pierna.

Volviendo al tema, mi consejo es que busquen una modista o costurera de confianza que les haga los arreglos necesarios a su ropa. Esto también aplica si compraste algo y no te queda perfecto, los ajustes siempre son obligatorios cuando compramos en tiendas comerciales.





Como complemento utilicé un clutch de Mila y su Vitrina, también marca venezolana, el cual me llamó la atención por el motivo venezolanísimo como lo es la orquídea. 

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